La segunda ciudad blanca del viaje aparece colonial, mestiza, frondosa, luminosa y colorida en un significativo contraste con su polvoriento y seco entorno de altiplano, rematada por dos enormes montañas volcánicas, visibles desde toda la ciudad, especialmente el amenazante Misti que se eleva junto a Arequipa en medio de la estepa arenosa.
Los patios y su secuencia, su concatenación, sus recorridos espaciales y aéreos definen la ciudad, que encierra su espacio privado y público al aire libre con gruesos muros de casas coloniales y claustros conventuales. Su uso como lugares de ocio, trabajo o servicios dándolos a la urbe de modo que esta se extiende por el interior de la masa edificada, logran un dificil equilibrio entre tranquilidad, privacidad y ciudad, sin que esta desaparezca. El patio se ha convertido en plaza, en plazas que van tornando más privadas y silenciosas cuanto más profundas. Como no acordarse de Barragan y de su obra, Mexico volando sobre Perú; color, espacio, materia, austeridad, sencillez, agua, sol, sombra, jardín, los materiales de la arquitectura.
El grandioso ejemplo de esto es el Convento de Santa Catalina, una manzana de 20.000 m2 afortunadamente ganado para la ciudad hace 30 años en forma de museo donde aun habitan 30 monjas de clausura. Entre enormes muros, patios porticados, celdas con cocina y patio privado, callejuelas, fuentes, cubiertas inclinadas de cañizo y teja, ventanas con vidrios a hueso, laberínticas relaciones de continuidad entre las estancias y tres colores; sanguina, punteada por el verde de cactus y frutales, añil, que convierte milagrosamente paredes y escaleras sin barandilla (quememos el Código Técnico) en cielo, haciéndolas desaparecer, y blanco, definen a esta ciudad robada a la ciudad. Ascensos a los cielos al estilo de la canción de los Zeppelin, desde aquí, desde el Misti, desde las cubiertas planas de la ciudad, en una donde resuenan la tranquilidad y la bohemia y donde algunos viajeros alargamos las visitas más allá de lo previsto.
Sobre esto, aparecen la superposición, los estratos, la actualización y modernización de la tradición real como poso de la civilización, la mezcla ciudadana, histórica, urbana, el terrible peligro sísmico que evita disparates babélicos, la animada vida local que logra imponerse a la temática de los turismos y el agradable ambiente de nuestro hospedaje, Pichín and co. con sus incursiones en los peligros de la noche peruana y pese a su servicial servidumbre con los gringos. Algunas, 6 meses viajando por América Latina y ni una palabra de español... ¡si ya existen las visitas virtuales!
Arequipa, Rothkos arquitectónicos.
Muy buenas fotos! y los relatos,claro!! ;o) gracias por cmpartirlas,y dejarnos viajar con uds.
ResponderEliminarsigan pasandolo bien!!(como sabina)
besos