Tenemos un dilema; no nos gustan las ciudades minadas por el turismo pero "somos parte de él".
Los lugares pierden el encanto cuando se convierten en escenarios, los lugares mas bonitos se transforman en recintos casi exclusivos para los viajeros, excluyentes para los lugareños.
Creemos que es positivo que las personas viajen y conozcan lugares con situaciones diferentes de las suyas, principalmente porque ver estas situaciones hace que uno se sensibilice y sea conciente de las cosas que de verdad importan y de las realidades del mundo, que existen al margen de la propia.
Vemos algo de culpa en los locales que prefieren que sus negocios funcionen con los que mas dinero tienen (los visitantes).
Vemos algo de culpa en los visitantes que en ocasiones se toman el viaje como actores y actrices de una película, sobre un teatro.
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