martes, 27 de abril de 2010

Potosí


En Potosí hay un policia de tráfico en cada esquina y un olvido (nuestro) en cada calle. Quizás es la falta de aire o las terribles cuestas que nos hacen parecer abuelos en baja forma. La cuidad esta igual de destartalada y vieja que nosotros; con sus balcones, miradores y esquinas desvencijadas y sus cientos de abogados. Aunque muchos edificios se han rehabilitado o están en proceso, la pátina, los revocos descascarillados y el humo del tráfico entonan mucho más con el Cerro Rico, la insignia del lugar. Los oficios y gremios siguen agrupándose por calles (a excepción de los abogados, realmente por todas partes) y la minería agotada, esquilmada y ternimada sigue empleando a más de 12000 personas, en realidad 12000 familias sobre una población total de 150000 personas. Las herramientas y métodos, los coloniales con alguna excepción, las claves: pico, dinamita, intuición, suerte y muerte. Una lucha bajo tierra con la esperanza de vencer a una probabilidad de loteria millonaria.



En el siglo XVI, Potosí era la segunda ciudad más poblada del planeta con más de 250000 habitantes (aunque la más alta y hostil seguro) todos atraidos por la codicia de la plata, una plata que era gastada por sus habitantes en lujos importados para poder resistir vivir a más de 4000 m de altura, con un frio intenso y un paisaje yermo y desolador. Viajar a un lugar donde conseguir el dinero que te haga olvidar el lugar donde vives....



Las guerras no turbaban a los hombres cuando solo hacían falta cuencos de haya. (Tibulo, Elegías I, X, v.v 7-8)
y estamos bastante de acuerdo con esto, quizás el mundo iría algo mejor si tantos que tenemos más de lo suficiente no ansiaramos aun más, mientras la mayoría no tiene lo bastante.

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